EN
ESTOS DÍAS es difícil encontrar verdaderos héroes. Modernas investigaciones y
los medios de comunicación han hecho notorias las manías y las debilidades de
nuestros líderes; buscamos en vano a hombres y mujeres a los cuales imitar. Las
industrias de la música, del cine y de los deportes producen un determinado
desfile de «estrellas» quienes se disparan hasta la cima y luego rápidamente se
desvanecen.
Jueces
es un libro sobre héroes: doce hombres y mujeres que liberaron a Israel de sus
opresores. Estos jueces no eran perfectos; es más, hubo entre ellos un asesino,
un hombre sexualmente promiscuo, y una persona que quebrantó todas las leyes de
la hospitalidad. Pero estaban sujetos a Dios y él los utilizó.
Jueces
es además un libro acerca del pecado y de sus consecuencias. Como una pequeña
cortada o un rasguño se infecta si no se le trata, el pecado crece y pronto
envenena todo el cuerpo. El libro de Josué termina con la nación asumiendo una
posición ante Dios, lista para experimentar todas las bendiciones de la tierra
prometida. Sin embargo, después de establecerse en Canaán, los israelitas perdieron
su compromiso espiritual y su motivación. Cuando murieron Josué y los ancianos,
la nación experimentó un vacío de liderazgo, dejándolos sin un fuerte gobierno
central. En lugar de disfrutar la libertad y la prosperidad en la tierra
prometida, Israel entró en la era oscura de su historia.
Para
decirlo de una manera simple, la razón de esta rápida decadencia fue el pecado:
individual y colectivo. El primer paso de alejamiento de Dios fue la obediencia
incompleta (1.11-2.5); los israelitas se negaron a eliminar completamente de la
tierra al enemigo. Esto los llevó a contraer matrimonios mixtos y a la
idolatría (2.6-3.7), y cada uno hacía «lo que bien le parecía» (17.6). Dentro
de poco los israelitas estuvieron cautivos. En la desesperación, imploraron a
Dios para que los rescatara. Cumpliendo su promesa y gracias a su gran amor,
Dios levantaría un juez que liberaría a su pueblo y, por un tiempo, habría paz.
Luego la complacencia y la desobediencia se establecerían de nuevo, y el
círculo volvería a comenzar.
El
libro de Jueces abarca un período de más de 325 años, registrando seis períodos
sucesivos de opresión y liberación, y las carreras de doce libertadores. Sus
captores incluían a los pueblos de Mesopotamia, los moabitas, los filisteos,
cananeos, madianitas y amonitas. Una variedad de libertadores, desde Otoniel
hasta Sansón, fueron utilizados por Dios para guiar a su pueblo hacia la
libertad y la verdadera adoración. La liberación de Dios por medio de los
jueces es una demostración poderosa de su amor y misericordia hacia su pueblo.
Mientras
lee el libro de los Jueces, observe bien a estos héroes de la historia judía.
Tome nota de su dependencia de Dios y la obediencia a sus mandamientos. Observe
la repetida caída en espiral de Israel en el pecado, rehusando aprender de la
historia y viviendo solo por el momento. Pero más que todo, admire la
misericordia de Dios cuando libera a su pueblo una y otra vez.
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