Cuando
alguien dice: «déjame que te cuente de mi suegra», esperamos alguna declaración
negativa o una anécdota humorística, porque el caricaturizar a la suegra casi
siempre ha sido como objeto de burlas o chistes. El libro de Rut, sin embargo,
cuenta una historia diferente. Rut amaba a su suegra, Noemí. Después que
enviudó, pidió a Noemí seguirla a dondequiera que fuera, aunque eso significara
abandonar su tierra. Con palabras que brotan del corazón, Rut dijo: «tu pueblo
será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios» (Jdg_1:16).
Noemí estuvo de acuerdo y rut viajó con ella a belén.
No
se dice mucho acerca de Noemí excepto que amaba a Rut y velaba por ella. Es
obvio que la vida de Noemí testificaba con poder acerca de la realidad de Dios.
A Rut le atrajo ella y el Dios que adoraba. En los meses y años subsiguientes,
Dios guió a esta joven viuda moabita a un hombre llamado Booz, con el que
finalmente se casó. Como resultado, llegó a ser la bisabuela de David y
ancestro del linaje del Mesías. ¡Qué profundo impacto tuvo la vida de Noemí!
El
libro de Rut es además la historia de la gracia de Dios en medio de circunstancias
difíciles. La historia se desarrolla durante la época de los jueces, un tiempo
marcado por la desobediencia, la idolatría y la violencia. Aun en tiempo de
crisis y de profunda desesperación, hay quienes siguen a Dios y mediante ellos
trabaja. No importa cuán desalentador y antagónico parezca el mundo, siempre
hay gente que sigue a Dios. Y para lograr sus propósitos, él usará a cualquiera
que esté listo. Rut era una moabita y Booz era descendiente de Rahab, una
prostituta de Jericó. Sin embargo, su descendencia continuó la línea familiar a
través de la cual vino el Mesías al mundo.
Lea
este libro y anímese. Dios está trabajando en el mundo y él quiere usarlo. Dios
puede usarlo de la misma forma que usó a Noemí para llevar su familia o sus
amigos a él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario